
Los investigadores dan el caso por cerrado y el juez desea concluir el sumario, pese a los interrogantes abiertos Marta del Castillo Casanueva, de 17 años, desapareció el 24 de enero pasado, tras haber salido de su casa de Sevilla a media tarde para ver a varios amigos. Antes de marcharse, estuvo chateando con su amiga Silvia Fernández y se despidió precipitadamente de ella a través del chat de Messenger con el galimatías habitual de los adolescentes: "Gordaaa t djo q sta l migue abajo y bvoy a abal con el luego t llamo y t cnto ttQ". Pero Marta jamás pudo contarle a su amiga nada de lo que había hablado con su ex novio Miguel porque jamás ha vuelto a ser vista. Ni viva ni muerta.
"Para nosotros es un caso cerrado. Damos crédito a la primera versión de los hechos que facilitó Carcaño y creemos que el cadáver de Marta del Castillo fue arrojado al Guadalquivir. Se ha hecho todo lo posible por encontrarlo... y se hará todo lo que haga falta, aunque ya se ha gastado mucho dinero en esa operación". Quien se pronuncia así de rotundo es Miguel Ángel Fernández-Chico, director adjunto de la policía. "No escatimaremos esfuerzos para aclarar el caso", promete el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. "La primera declaración de un sospechoso suele ser la más fresca, la más espontánea, la menos contaminada. Y, por tanto, la más verosímil", remacha un investigador.
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