
La Fiscalía de Francfurt ha abierto una investigación preliminar para determinar si el banco germano ha cometido un delito contra de la privacidad al espiar a algunos de sus accionistas, y determinará en las próximas semanas si emprende las correspondientes acciones legales. Además, las autoridades financieras germanas y de protección de datos están analizando los hechos.
Por su parte, el Deutsche Bank está llevando a cabo su propia investigación, y ha despedido a dos de sus empleados, entre ellos el que estaba al frente de las relaciones con los inversores.
Deutsche Bank reconoció el pasado mes de mayo que recurrió a los servicios de detectives privados para vigilar a Gerald Herrmann, miembro sindical del consejo de supervisión del banco, tras sospechar que era la fuente de algunas filtraciones.También se cree que el banco espió a Hermann-Josef Lamberti, director de operaciones y miembro del consejo de dirección del banco, aunque desde el Deutsche Bank aún no lo han confirmado.
La entidad tampoco se ha pronunciado acerca de si espió en 2006 a Michael Bohndorf, un abogado y accionista que hizo preguntas críticas a la dirección en una junta de accionistas.
Aunque algunos de los espías fueron contratados fuera del banco, dos de sus empleados, Wolfram Schmitt, responsable de las relaciones con los inversores, y Rafael Schenz, jefe de seguridad en Alemania, han sido suspendidos de sus puestos a raíz de la investigación independiente encargada por el propio banco.