LOS DETECTIVES URUGUAYOS

Son las diez de la noche y el celular vibra en mi cintura. Atiendo la llamada y una tenue voz femenina se presenta: - Hablo con el Detective Ariel? Quiero saber cuánto me cobra por seguir a mi esposo . . .

Más o menos palabras esta situación se repite a diario y forma parte del 90 % de los casos en que participa en Uruguay un detective privado. El 10 % restante corresponde a búsqueda de personas, averiguaciones para empresarios, informes de conducta prematrimoniales y otras tantas situaciones que sólo la ética de cada detective hará que las acepte o no. Si hablamos con sinceridad, los detectives buscamos la verdad en conductas ajenas y , sin embargo, ocultamos celosamente nuestro modo de operar. Corresponde aclarar que la profesión carece de toda ley o decreto. En consecuencia, no está autorizada ni prohibida, entrando en la categoría de “vacío legal”. Es así que los detectives uruguayos publicitan sus servicios en internet, directorios telefónicos y avisos clasificados de los diarios, siendo también buscados por el periodismo para reportajes en distintos medios. Y todo ello bajo la ausencia e indiferencia del Estado. No obstante, la Constitución y el Código Penal, sancionan toda actividad oficial o privada que vulnere la privacía, intimidad u otros aspectos de los Derechos Humanos. Por lo tanto, los detectives privados conocemos nuestras limitaciones, sin que sea necesaria una Ley específica para nuestra gestión.

Con lo precedente no estoy emitiendo un juicio contrario a la realidad de otros países, donde los detectives privados deben cumplir determinados requisitos para ejercer la profesión.

En Uruguay, ni siquiera tenemos contacto entre colegas. Preferimos el denominado perfil bajo, lo que impide el intercambio de ideas o propuestas. Confieso que, no me disgusta la situación. El tiempo dictará los caminos a seguir.-

DETECTIVE ARIEL
Montevideo-Uruguay